sábado, 3 de enero de 2015

3 de diciembre.

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3 de diciembre.
Juan 1,29-34
"Este es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo."
El símbolo del cordero es preferentemente joánico, aunque ya en el Antiguo Testamento se habla del cordero expiatorio (Lev 14). y del rito del cordero pascual (Ex12,1); para los israelitas el cordero pascual era el símbolo de la liberación de Israel.
El cordero era la victima ordinaria en los sacrificios oficiales y particulares; el cordero pascual era un verdadero sacrificio ; por eso Juan considera al cordero como símbolo de redención y sacrificio por los pecados.
La liturgia moderna repite las palabras del Bautista antes de dar la comunión a los fieles y así fue, pues Jesús se ofreció por los pecados de todos.
Por los suyos también; pero el Evangelio habla del "pecado" en singular y de un modo generalizado, queriendo con ello dar a entender todo lo que es ofensivo a Dios; en ese mundo que peca has que tú y has sido liberado de este pecado y de este mundo por el sacrificio en la cruz de este Cordero que es Jesucristo.
Juan el Evangelista confirma la aserción del Bautista, cuando al hablar de Jesús afirma: "Ustedes saben que él se manifestó para quitar los pecados y que en él no hay pecado" (1 Jn 3,5).
"Ese es el que bautiza en el Espíritu Santo."
Jesús bautiza al mundo en el Espíritu, comunicándole la vida y es así las antítesis del pecado.
Juan el Bautista ha conocido la divinidad de Jesús, al conocer su preexistencia; no hay que olvidar que Juan era un ser predestinado ya antes de nacer, compararlo con el resto del pueblo judío no es objetivo, ni critico.
Los evangelistas nos hablan del bautismo de espíritu y de fuego, contraponiéndolo al bautismo de agua y del Bautista, con lo que pretenden dar a entender que será el Espíritu de Dios quien les hará tener una Vida nueva más justa y más santa; la obra del Espíritu en los hombres es obra de purificación por un lado y santificación por otro.
La devoción por el Espíritu Santo es algo que no debes descuidar en manera alguna, sabiendo que de Él viene la Vida, la verdadera Vida, la Vida de gracia.
Vivencia:
Ya sabes cómo debes rezar en adelante esa oración litúrgica preparatoria para recibir la santa Comunión: "Cordero de Dios".
El cordero, en efecto, era la victima más común para los sacrificios del Antiguo Testamento; Jesucristo es la victima de nuestros sacrificio.
Fuente: El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.
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