domingo, 11 de enero de 2015

12 de enero.

12 de enero. Juan 3,22-30 "Nadie puede atribuirse nada que no haya recibido del cielo." Estas palabras pronunciadas a sus discípulos por Juan el Ba

Like   Tweet  

12 de enero.

Juan 3,22-30

"Nadie puede atribuirse nada que no haya recibido del cielo."

Estas palabras pronunciadas a sus discípulos por Juan el Bautista son un modo de proverbio espiritual; ninguno debe atribuirse un honor o misión superior a la que Dios le da.

Los discípulos de Juan sienten cierta envidia porque Jesús va teniendo más discípulos que su propio Maestro Juan; esa envidia pudiera encontrarse también en los discípulos de Jesús, que ahora tratan de evangelizar distintos ambientes, al constatar que otros tienen más suerte que ellos.

No caigas en ese error; recuerda que todos trabajamos por el mismo Señor, a todos igualmente se no ha confiando una misma misión: la de comunicar un mismo Mensaje, la salvación de Jesús; esa misión nos ha venido a todos del cielo, nos ha venido de arriba, ha sido el mismo Padre el que nos la ha encomendado.

Lo que interesa nos es que tú luzcas cualidades o talentos, sino que los hombres se conviertan verdaderamente, aunque no es debido a tu trabajo o a tu acción apostólica; si se procede con rectitud de intención, la misma gloria se da a Dios con el triunfo que con el esfuerzo lo pone Dios y no nuestra acción.

"Es necesario que él crezca que yo disminuya."

Juan había conseguido mucho fruto con su predicación; una multitud se congregaba junto con él. Pero Juan no quería ganar a los hombres para sí, sino para Cristo. Por eso, cuando aparece Jesús se alegraba de su influencia sobre ellos vaya desapareciendo, para que se acerquen directamente a Jesucristo. Quiere menguar, hasta desaparecer, para crezca Jesús.

Es verdad que el apóstol, en el ejercicio de su apostolado, debe presentarse con todos aquellos rasgos que lo hagan atrayendo, para que de esa manera penetrar más fácilmente en el animo y estima de los hombres a quienes tiene que evangelizar; pero el apóstol ha de tener presente que es imprescindible que él vaya desapareciendo, para dar luz a que Jesucristo quien se apodere del espíritu de los hombres; que vaya desapareciendo el factor humano, que al principio es una necesidad, pero después se puede convertir en obstáculo.

Vivencia:

Si lo piensas bien, con serenidad y fidelidad tendrás que convencerte de que Dios a ti te ha dado mucho; a veces te quejas porque constatas que te ha negado alguna cosa y el hecho de mirar lo que ha negado, te impide ver lo mucho que te ha concedido que quizás ahora mismo estás gozando y usufructuando.

El apóstol Santiago nos lo recuerda: "Todo lo que es bueno y perfecto es un don de lo alto y desciende del Padre de los astros luminosos" (Sant 1,17). Agradece, pues, a Dios lo que ha concedido y empleado para el bien suyo y de los demás.

Fuente: El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.

Los libros de esta colección puedes comprarlos haciendo clic aquí:
www.editorialclaretiana.com.ar

facebook twitter
1px
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario