viernes, 13 de febrero de 2015

Viernes de la quinta semana.

Viernes de la quinta semana. San Marcos 7, 31 37 "Se abrieron sus odios." Si grande es la desgracia del sordomudo físico, mucho mayor es la del sor

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Viernes de la quinta semana.

San Marcos 7, 31 37

"Se abrieron sus odios."

Si grande es la desgracia del sordomudo físico, mucho mayor es la del sordomudo espiritual, con la agravante de que es más fácil ser victima de la sordera espiritual que de la corporal.

Sordos espirituales son todo aquellos que no quieren escuchar la voz de la razón, que en el fondo de su conciencia les dicta qué es lo que debe hacer y qué deben evitar.

Sordos espirituales son todos aquellos que no oyen la Palabra de Dios, que les dicta el recto sendero por donde deben ir.

Sordos espirituales los que no reciben ni aceptan las inspiraciones de la gracia y las mociones del Espíritu Santo.

Sordos espirituales los que rechazan los consejos que se les da, por más que les den datos por personas autorizadas y que buscan su bien.

Mudos espirituales los que nuca o muy raras veces hablan con Dios por medio de la oración, aunque son muy expeditos para hablar con las criaturas de las cosas corporales.

Mudos espirituales los que raramente reciben el sacramento de la Penitencia en que el que pueden manifestar sus pecados y pedir perdón de ellos.

Mudos espirituales los que no se preocupan de dar una palabra de aliento o de orientación.

Mudos los que dejan de predicar el Nombre de Jesucristo por vanos pretextos y falsas vergüenzas; porque si bien sordomudos del Evangelio Jesús dijo: "el que no se lo contara a nadie", que no divulgara el milagro, para darnos con ello un ejemplo de molestia, ahora en la Nueva Alianza nos urge el pretexto del Señor: "Vayan y hagan que todos sean mis discípulos, bautizándolos...y enseñándoles a cumplir todo lo que les he mandado" (Mt 28,19-20).

"Todo lo ha echo bien."

"En el colmo de la admiración decían: todo lo que ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos."

Así dijo el Maestro y así debe poder decirse del discípulo, que eres tú: "Todo lo ha echo bien".

Hacer bien todo, no solamente las cosas más importantes de la vida, sino también las cosas más sencillas; la perfección es el resultado de todas las cosas más sencillas y humildes que realizamos cada día; esas cosas son las que debemos "hacer bien", a imitación del Salvador.

Vivencia:

Entre otras enseñanzas de Jesús nos da en este milagro que realizó, debemos reflexionar en la modestia de Jesús.

Sabe Él lo que acaba de hacer es algo maravilloso y digno de toda alabanza y gratitud; sin embargo les ordena que no divulguen lo que acaba de presenciar.

Aprensa esta hermosa lección de modestia que te da Jesús. Haz el bien con la única mira de agradecer a Dios, contento con que te vea el Padre celestial, convencido como debes estar de todo lo bueno que en tu pueda haber, todo eso viene de Dios, puesto que "todo lo que es bueno y perfecto es un don de lo alto y desciende del Padre de los astros luminosos" (Sant 1,17) sin cuya ayuda nada hubiéramos podido hacer. "Separados de mí nada pueden hacer" (Jn 15,5).

Fuente: El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.

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