domingo, 15 de febrero de 2015

Lunes de la sexta semana.

Lunes de la sexta semana. Marcos 8,11-13 "¿Por qué esta generación pide un signo?" Los fariseos discutían con el Señor; ya podemos imaginar que el

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Lunes de la sexta semana.

Marcos 8,11-13

"¿Por qué esta generación pide un signo?"

Los fariseos discutían con el Señor; ya podemos imaginar que el Señor sabría exponer maravillosamente su mensaje y que su palabra era clave, profunda y convincente; sin embargo, los fariseos no lo aceptaron.

Es que el Señor no se le puede aceptar con la mente, si antes no se le ha abierto el corazón...la fe no es tanto cuestión de conocimiento cuando de entrega; no tanto luz de clarividencia, sino más bien generosa aceptación.

Los judíos no quedaron convencido; por eso pedían el signo que los movieran; no era suficiente la palabra que les entraba por los oídos, y exigían el signo que les entrara por los ojos.

Si estamos congregados a la predicación de la Palabra de Dios, también lo estamos a dar testimonio por la santidad de nuestra vida. "La evangelización, es decir, el anuncio de Jesucristo, pregonado por el testimonio de la vida y por la palabra", nos dice el Concilio.

A los laicos les advierte que "todos los cristianos están obligados a manifestar con el ejemplo de su vida y el testimonio de la palabra del hombre de que se revistieron por el bautismo."

A los sacerdotes también les recuerda el Concilio: "Están obligados a dar todos el testimonio de verdad y de vida...."

Y a los religiosos les dice: "Los religiosos, en virtud de su estado, promocionan un preclaro e inestimable testimonio de que el mundo no puede ser transformado, ni ofrecido a Dios, sin el espíritu de las bienaventuranzas..."

Los judíos pedían un "signo"... El mundo de hoy también están pidiendo al cristiano, al sacerdote, al religioso, que sean un verdadero signo sacramental de Jesucristo.

Preguntemos, pues, a nuestra propia conciencia: ¿soy verdadero signo de Cristo? El hombre de hoy ¿puede ver en mí a Cristo? En mi vida privada, en mi actuación publica o profesional, ¿transparento al Señor?

"Jesús dio un profundo suspiro."

Lo dio, porque aquella generación reclamaba un signo, cuando en realidad tenían delante de sí, no al signo, sino a la realidad signada.

Podríamos cuestionarnos si ahora el Señor Jesús no estará también dando un gemido penoso, porque nosotros, los consagrados a Él, lo comprometidos con Él, los llamados a la construcción de su Reino, no damos al mundo que nos rodea el signo de los que somos, de lo que debemos ser.

Si el mundo es ateo, no es porque rechace a Dios en sí, sino porque rechaza la falsa imagen de Dios que nosotros le presentamos, imagen que no puede menos de rechazar, por ser falsa, y como tal, no convincente para nadie.

Vivencia:

Pediremos hoy perdón al Señor por nuestra falta de autenticidad: ni somos los que parecemos, ni parecemos los que debiéramos ser; ni los parecemos a Cristo, ni somos como Cristo.

Viviéramos todo el día en una constante actitud de cuestionamiento personal, vocacional....; veamos si quizás debamos cuestionarnos, si verdaderamente, o a nivel de grupo, o comunidad de fraterna vida evangélica.....

Fuente: El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.

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