martes, 17 de febrero de 2015

Miércoles de Ceniza.

Miércoles de Ceniza. Mateo 6,1-6.16-18 Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos." indudablemente

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Miércoles de Ceniza.

Mateo 6,1-6.16-18

Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos."

indudablemente hoy es un día de penitencia y de ayuno; las frases que leemos en el profeta Joel y trae la liturgia de hoy son muy expresivas: "Vuelvan a mí de todo corazón con ayuno, llanos y lamentos. Desgarren su corazón y no sus vestidos y vuelvan al Señor su Dios" (Jl 2,12-18).

En el Evangelio del día de hoy Jesús asienta un principio fundamental en su mensaje: "No busques la recompensa de sus obras en la opinión de los hombres"; no deja de llamar la atención la insistencia con la que el Señor Jesús nos repite aquí varias veces la expresión: "Para ser vistos por los hombres."

Esto debe impulsarte a realizar tus obras no para ser visto, o ser reconocido por los hombres; en este caso dice Jesús que ya has conseguido tu recompensa; obra más bien por Dios, sin preocuparte de que los demás aprueben o desaprueben tu modo de obrar; si obras por Dios, por amor de Dios, por fidelidad a Dios, que se manifiesta en tu conciencia, podrás esperar de Dios la recompensa de tus obras.

"Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará."

Es de considerable consuelo para el creyente saber que el Padre celestial está presente en todos los momentos de su vida y que ha de ser Él el que en definitiva recompensa la rectitud de la vida.

Profundo consuelo se siente en lo más intimo de la conciencia al saber que nada se hace sin que tenga su recompensa; recompensa no nos vendrá de parte de los hombres o de la sociedad, que solamente pueden conocer lo que se ve; para la justicia humana está vedada la interioridad del corazón.

Pero cuántos actos de virtud, cuántos sacrificios, cuántos vencimientos, cuántos humillaciones desconocidas para todos, pero que Dios las tiene muy presentes y Él se encargará de darles la debida recompensa.

Vivencia:

Jesús habla de "practicar la justicia", es decir: practicar las obras buenas, que hacen justo al hombre ante Dios; en secreto Jesús menciona, como por vía de ejemplo, tres obras buenas: la limosna, la oración y el ayuno.

En este tiempo de Cuaresma que hoy comienza, procura multiplicar tus buenas obras y por cuidado especial en tu oración; que sea como dice San Mateo en este capitulo: humilde y sin pretensiones delante de Dios, comunitaria pero también personal en lo más recóndito de tu corazón, confiada en la bondad del Padre celestial y hecha con verdadero espíritu de fe.

Esta oración personal y intima, si se repite luego en común en torno al Señor presente, alcanza su perfección en la oración litúrgica.

Fuente: El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.

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