sábado, 13 de diciembre de 2014

Sábado de la segunda semana de Adviento.

¡Puede regalar SIN NINGÚN COSTE en esta NAVIDAD suscripciones de Pan y Vida! ->Compartí este alimento del alma que es Pan y Vida con sus amigos, v

Like   Tweet  

¡Puede regalar SIN NINGÚN COSTE en esta NAVIDAD suscripciones de Pan y Vida!

->Compartí este alimento del alma que es Pan y Vida con sus amigos, vecinos (del barrio o de la web), conocidos que aprecia y con todos aquellos a los que estima http://bit.ly/TXZvof<-

Sábado de la segunda semana de Adviento.

Mateo 17, 10-13

"Elías ya ha venido pero no lo han reconocido."

No es extraño el hecho de que los profetas de Dios no sean aceptados, antes bien sean rechazados y negados, cuando no perseguidos y aun maltratados.

Ya el mismo Jesús tubo que afirmar San Juan: "Vino a los suyos y lo suyos no lo recibieron" (Jn 1,11), y más adelante: "Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí; pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas" (Jn 10, 25-26).

A Juan Bautista, que había venido, no lo recibieron; a Elías, que había de venir, tampoco lo recibieron. "Y también harán padecer al Hijo del Hombre" (Mt 17, 12).

Jesús admite que Elías debe venir a restaurarlo y prepararlo todo conforme al Malaquías (3, 23). Fundados en la profecía de Malaquias, enseñaban los escribas que Elías, arrebatado en un carro de fuego, volvería otra vez a la tierra antes de la venida gloriosa del Mesías, para preparar su recibiendo.

Pero Jesús añade más: Elías ya vino. Por eso toda esa misma concepción rabínica y popular cobraba un sentido exacto, pero de un orden que ellos no sospechaban. No era Elías revivido el que tenia que venir; era uno que vino y que "caminaba con el espíritu y el poder de Elías" (Lc 1, 17); ya antes Jesús había dicho que el Bautista era Elías que ha de venir (Mt 11, 14) y "entonces los discípulos comprendieron que Jesús se refería a Juan el Bautista" (Mt 17, 13).

Dios siempre envía a sus profetas y emisarios, encargándoles una misión que cumplir; esa misión no suele ser siempre agradable o fácilmente aceptable; contra esa misión se suelen complotar con no poca frecuencia el egoísmo humano y los intereses viles y así los hombres, que son los destinarios de esa misión, la rechazan, no la desconocen ni aceptan y aun se burlan de los emisarios de Dios, de los profetas de Cristo, que por ser fieles a sus misión evangelizadora y profética deben arrastrar toda clase de persecuciones y humillaciones.

Vivencia:

A Elías no lo reconocen como enviado del Señor, a Juan el Bautista tampoco; no debes extrañarte de que a ti tampoco te reconozcan como tal; la misión de Elías y de Juan se perdió en el vacío; tus esfuerzos apostólicos se perderán con frecuencia en la impotencia, en la vacío, en la inacción.

Esto no debe desanimarte, ni debe ser causa de que ya no emprendas más tu acción apostólica.

No lo hagas por el fruto inmediato, sino por la fidelidad a la misión que se te ha encomendado; a fin y al cabo que no se te perdería cuenta de si conseguiste el fruto que buscabas, sino de si pusiste o no la acción apostólica de la que podía esperarse conseguir el fruto.

facebook twitter
1px
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario