"Para que den testimonio delante de ellos y de los paganos."
Jesucristo quiere prevenir a sus apóstoles: en el ejercicio de su apostolado no todo será placentero, no todo resultará agradable, no todos serán de acuerdo con las palabras y los testimonios de los apóstoles; éstos se verán rodeados de sus enemigos, a su vez enemigos de la Palabra y del Evangelio que ellos predican.
Pues, bien, aun en estas circunstancias adversas el apóstol debe permanecer fiel a su misión y al Evangelio que tiene que predicar. Esta fidelidad deberá mantenerla a toda costa; las concesiones no se pueden hacer, sacrificando la fidelidad al mensaje.
El apóstol es además un emisario de la paz y eso aunque en el ejercicio de su apostolado profético deba soportar las contradicciones y persecuciones; el martirio de San Esteban que hoy recuerda la liturgia debe ser estimulo para todo apóstol que desee ser tal, es decir: testigo que testimonia la fe que predica y predica lo que vive y vive lo que siente.
Jesucristo profetiza a los apóstoles las persecuciones que han de tener por su cuenta. La historia de la Iglesia ha confirmado plenamente la verdad de estas palabras de Jesucristo. El patrimonio del apóstol es la persecución, el sacrificio.
"No serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes."
El apóstol, cuando está desempeñando su misión apostólica, no puede olvidarse ni un solo momento que va enviado por Jesucristo, lo cual ha de ser, en primer lugar un consuelo para él y una seguridad de que no le ha de faltar su auxilio en todo momento para sobrellevar con entereza cualquier adversidad.
Los apóstoles fueron conducidos varios veces ante el Sanedrín, como leemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles y a San Pablo lo azotaron, por lo menos, cinco veces y a San Esteban lo martirizaron ¿Cómo pretender ser apóstol del Señor hoy, sin sufrir adversidades y contradicciones?
Gran consuelo ti debe ser la seguridad de que en el ejercicio de su apostolado tendrás una especialísima asistencia del Espíritu Santo; éste es el mayor motivo para tener optimismo y deponer el temor que se puede apoderar de tu cuando te enfrentes con las dificultades inherentes a la acción apostólica.
Vivencia:
No pretendas que la Palabra de Dios, que tú predicas, sea aceptada sin dificulta y con buena voluntad. No te desanimes, ni pierdas la ilusión y el entusiasmo; Jesús predicó tres año y encontró muy serias resistencias a sus palabras.
Es verdad que la Buena Nueva se abre camino a través de todas las dificultades, pero se requerirá en el apóstol perseverancia y sacrificio; luego, siempre que encuentres dificultades en tu apostolado, acuérdate del Maestro y ten presente lo que Él mismo nos afirma: "No está el discípulo por encima el Maestro" (Mr 10,42). "Cuando el discípulo llega a ser perfecto, será como su maestro" (Lc 6,40).
Fuente: El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.
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