sábado, 27 de diciembre de 2014

DOMINGO 28 DE DICIEMBRE DE 2014 - SAGRADA FAMILIA.

DOMINGO 28 DE DICIEMBRE DE 2014 - SAGRADA FAMILIA. Autor: P. Juan Manuel Toro Vallejo. Fuente: www.mensajespanyvida.org SEPAN QUE EL REINO DE DIO

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DOMINGO 28 DE DICIEMBRE DE 2014 - SAGRADA FAMILIA.

Autor: P. Juan Manuel Toro Vallejo.
Fuente: www.mensajespanyvida.org

SEPAN QUE EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA

PRIMERA LECTURA

Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.

Salmo

R/. Dichosos los que temen al Señor
y siguen sus caminos

Dichoso el que teme al Señor,
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa; tus hijos,
como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.

SEGUNDA LECTURA

Hermanos: como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y celebrad la Acción de Gracias: la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.

EVANGELIO

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor. (De acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor"), y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones". Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso, que aguardaba el Consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.» Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.» Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

NAVIDAD Y FAMILIA

Resulta muy significativo celebrar en la octava de navidad la fiesta de la Sagrada Familia, constituyéndose esta celebración en un mensaje importantísimo: la navidad no es un Misterio de índole particular sino comunitario; si Dios quiso entrar en el mundo en el seno de una familia, eso quiere decir que la vida comunitaria es IMPRESCINDIBLE para vivir realmente el Misterio de la Navidad. No es extraño, entonces, que hasta los no creyentes sientan un anhelo inmenso de compartir estos momentos decembrinos en el ámbito de la intimidad familiar. Es un tiempo de volver a casa para compartir la alegría de la navidad.

Jesús necesita para nacer, entonces, de una familia, donde se geste de verdad el amor, la paz y la comprensión. San Pablo dirá en la segunda lectura sobre la utilización de un "UNIFORME", que en el fondo es necesario en la familia: un uniforme de misericordia, bondad, humildad, dulzura, comprensión, perdón, paz. Es ene la familia (en la comunidad) donde se puede entonces replicar el ambiente que permitió la entrada de Dios al mundo.

La importancia de la familia en la vida del hombre es tal, que hasta la misma sicología cuando quiere encontrar un la causa de una falencia significativa de un hombre, escudriña en los orígenes familiares de la persona y en la manera como se desarrolló la experiencia familiar. Jesús también crecía y se robustecía en la familia de Nazareth, donde la gracia hacía su obra en él.

Solo quien madura su fe en la familia humana, podrá entrar en la contemplación de la nueva familia de los hijos de Dios, que ha posibilitado el nacimiento de Jesús.

Como Simeón y como Ana seamos visitados por la Familia de Nazareth, y podamos contemplar con los ojos de la fe Aquel que quiso nacer en familia para darnos en ella caminos de salvación

Señor, Concédenos el DON DE LA COMUNIDAD, que valorando la familia que nos has dado, nos abramos de corazón al Misterio de la Navidad.

Un abrazo
P. Juan Manuel Toro Vallejo.

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