viernes, 13 de marzo de 2015

Viernes de la tercera semana de Cuaresma.

Viernes de la tercera semana de Cuaresma. Marcos 12,28-34 "El primer mandamiento es: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón...." Para respon

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Viernes de la tercera semana de Cuaresma.

Marcos 12,28-34

"El primer mandamiento es: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón...."

Para responder al que lo interroga, Jesús toma la cita del Deuteronomio (6,4-5) y así dice que el amor total o incondicional a Dios es el mandamiento primero y principal de toda la ley.

Es preciso caer en la cuenta y ponderar el énfasis que pone Jesús en la enunciación del primer mandamiento; porque no dice simplemente: Amarás a Dios, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas."

Realmente no podía ser más expresivo; no basta amar a Dios con todo el corazón divido, compartiéndolo con el amor a otra criatura; a Dios no le agradan los corazones partidos, de tal modo que si sabemos amar a otro que no sea Dios, ha de ser por Dios, en Dios y para Dios.

Si amar es el distintivo y la característica del cristianismo, veremos qué poco cristiano es el mundo de hoy en el que hay tanto odio y rencor, tanta injusticia y tanta guerra; en cambio, ¡qué espectáculo ofrecería el mundo si los hombres supiéramos practicar este mandamiento de Cristo!

"El segundo es: amarás a tu prójimo como a ti mismo."

Una vez que Jesús ha respondido a la pregunta que se le ha hecho sobre el primer mandamiento, añade, aunque no le hayan preguntado, que el segundo mandamiento es amar al prójimo, como dando a entender que el segundo es tan principal como el primero, que el primero no se cumplirá en su totalidad mientras no se cumpla también el segundo.

No se puede separar estos mandamientos, porque propiamente no son dos, sino un solo mandamiento. Es el mandamiento del amor con dos términos: Dios y el prójimo.

Pero esto nos da a entender que no se puede amar a Dios, si ese amor no me lleva al amor del prójimo; y que no se puede amar al prójimo, si no se lo ama en Dios y por Dios.

Luego el cristiano no puede contentarse con amar al prójimo con amor filantrópico, sino que debe amarlo con un amor teologal. No basta mirar en el hombre la dignidad de la persona humana, sino que es preciso llegar a descubrir en él aun verdadero hijo de Dios.

Vivencia:

Escribe San Gregorio: "Todo lo que está mandado se funda en la caridad y de ella toma solidez; porque de la misma manera que las diversas ramas de un árbol nacen de la misma raíz, así también todas virtudes son engendradas por la caridad. Ni puede guardar el color verde, si no permanece en la virtud de la caridad."

En este sentido, sí que es verdad lo que afirma la conocida canción: "Lo que importa es amar."

Fuente: El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.

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