lunes, 30 de marzo de 2015

Lunes Santo.

Lunes Santo. Juan 12,1-11 "Marta servia." En el Evangelio siempre se nos presenta a Marta como la solícita, la empeñosa, la humilde del Señor y de

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Lunes Santo.

Juan 12,1-11

"Marta servia."

En el Evangelio siempre se nos presenta a Marta como la solícita, la empeñosa, la humilde del Señor y de los apóstoles; no es, de extrañar que en este banquete, que le dan a Jesús, estuviera Marta y estuviera en su verdadero oficio de servidora del Señor.

La actitud de servicio de un corazón humilde, que llega a convencerse de que no sirve ahora ninguna otra cosa cuando en realidad servir para "servir", es servir para vivir, es dar a la vida con razón de ser, según conocida frase: "El que no vive para servir, no sirve para vivir."

Si el mismo Jesús nos dice que "el Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir y a dar su vida en rescate por una multitud" (M 20,28), no cabe ninguna duda de que sus discípulos debemos seguir la misma línea de servicio a los hermanos.

Pero si esto es aplicable a todos los discípulos de Jesús, de un modo particular ha de ser servido por aquellos que se han constituidos en algún puesto de autoridad o dignidad, según el precepto del Señor: "El más grande entre ustedes será el servidor" (Mt 23,11).

"A los pobres los tienen con ustedes, ponen a mí no me tendrán siempre".

Maria Magdalena demostró la delicadeza de su amor al Maestro. Entonces se solía ungir la cabeza de los huéspedes en señal de distinción y respeto. María escoge la esencia más pura y más costosa, para ungir los pies de Jesús y derramar después sobre su cabeza.

No ha encontrado cosa mejor y hace la oblación total, no reservándose ni una gota de aquel bálsamo. Rompe el frasco para que todo el perfume se derrame sobre la cabeza de Cristo, quiebra el vaso para todo es para Cristo.

Pero Judas no entiende de aquellas delicadezas y encuentra mal acción de Maria; por eso la criticó y quiso justificar su murmuración con las apariencias de caridad hacia los pobres; por el evangelista nos advierte que era la avaricia la que lo movía a hablar.

Jesús defiende a María. Conocía que su móvil era el amor.

Jesús asumió la situación del hombre "en un nacimiento, en su vida y, sobre todo, en su Pasión y Muerte donde llegó a las máxima expresión de la pobreza. Por esta razón los pobres merecen una atención preferencial, cualquiera que sea la situación moral o personal en que se encuentran" (Documento de Puebla 1141-1142). En las Palabras de Jesús hay no sólo una descripción de los hechos ("a los pobres tienen siempre con ustedes"), sino particularmente un llamado "al compromiso autentico con los demás, especialmente por los más pobres y tico de los demás hombres, especialmente por los demás pobres y por la necesaria transformación de la sociedad" (Juan Pablo II).

Vivencia:

La mayoría de los hombres tienen algún puesto de mando respecto de los demás, sea el propio hogar, en la oficina o lugar de trabajo, cuando no como autoridad eclesiástica o civil; la mayoría de los hombres debe por lo tanto cobrar conciencia de que está puesta allí por la divina Providencia para ser útiles a la sociedad, para servir a los hermanos y no precisamente servirse de los demás.

Y servir a los hermanos más necesitados de servicio y ayuda, como son los pobres, los enfermos, los ancianos, los desamparados, los necesitados de cualquier ayuda. ¿Qué haces tú por estos hermanos tuyos?

Fuente: El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.

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