domingo, 10 de agosto de 2014

DOMINGO 07 DE AGOSTO DE 2011 – 19 DEL TIEMPO ORDINARIO.

DOMINGO 07 DE AGOSTO DE 2011 – 19 DEL TIEMPO ORDINARIO. SEPAN QUE EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA PRIMERA LECTURA Al llegar al monte de Dios, el Horeb,

Like   Tweet  

DOMINGO 07 DE AGOSTO DE 2011 – 19 DEL TIEMPO ORDINARIO.

SEPAN QUE EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA

PRIMERA LECTURA

Al llegar al monte de Dios, el Horeb, el profeta Elías entró en una cueva y pasó en ella la noche. El Señor le dijo: « Sal de la cueva y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar". Así lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino primero un viento huracanado, que partía las montañas y resquebrajaba las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Se produjo después un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Luego vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se puso a la entrada de la cueva.

SEGUNDA LECTURA

Hermanos: Les hablo con toda verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me atestigua, con la luz del Espíritu Santo, que tengo una infinita tristeza y un dolor incesante tortura mi corazón. Hasta aceptaría verme separado de Cristo, si esto fuera para bien de mis hermanos, los de mi raza y de mi sangre, los israelitas, a quienes pertenecen la adopción filial, la gloria, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Ellos son descendientes de los patriarcas; y de su raza, según la carne, nació Cristo, el cual está por encima de todo y es Dios bendito por los siglos de los siglos. Amén.

EVANGELIO

En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo allí. Entretanto, la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: "¡Es un fantasma!" Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: "Tranquilícense y no teman. Soy yo". Entonces le dijo Pedro: "Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua". Jesús le contestó: "Ven". Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: "¡Sálvame, Señor!" Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?" En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo: "Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios".

¿VES A DIOS?

Impacta los detalles que coinciden entre la primera lectura y el Evangelio: Elías sube a la montaña y pasa la noche en oración… Jesús también sube a la montaña y hace lo mismo. Elías afronta el viento huracanado, el terremoto y el fuego, en donde no estaba Dios… los discípulos en la barca afrontan el viento huracanado, las olas altas que se estrellaban contra la barca, mientras no estaba Jesús con ellos. Elías percibe la presencia de Dios en el susurro de una brisa suave. Jesús al entrar en la barca amainó el viento y ellos lo reconocieron como Hijo de Dios.

En la vida también nosotros tenemos que afrontar las tempestades, los vientos huracanados, el fuego de una historia que nos hiere colmada de injusticias y desamores, pero estamos llamados a buscar y encontrar al Señor; estamos llamados a VERLO, porque sólo viéndolo es que nos convertimos en "testigos" de Jesús resucitado.

Pero nos pasa como a los discípulos… a veces nos quedamos en ver lo que parece "un fantasma", y nos quedamos con la imagen de un Dios que nos llena de miedo, el Dios castigador.

Que bella la figura de la brisa suave de Elías, qué significativa la calma del mar cuando entra Jesús en la barca… eso es lo que produce Dios en el alma que visita, en la fe que lo recibe, así el mundo se estremezca en la violencia de la historia, en medio de las dificultades humanas.

Que no tenga que decirnos el Señor lo que le dijo a Pedro: "HOMBRE DE POCA FE, ¿¿¿POR QUÉ DUDAS???

Señor: aumenta nuestra fe, abre los ojos del corazón, para que contemplándote, podamos caminar tranquilos entre los afanes de esta vida. Toma mi mano, que sin tu ayuda siento que me hundo en las limitaciones de mi ser.

Un abrazo
P. Juan Manuel Toro Vallejo

facebook twitter
1px
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario