DOMINGO 03 DE AGOSTO DE 2014 – 18 DEL TIEMPO ORDINARIO.
Autor: P. Juan Manuel Toro Vallejo. Fuente: www.mensajespanyvida.org
SEPAN QUE EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA
PRIMERA LECTURA
Esto dice el Señor: todos los sedientos, vayan por agua, y los que no tienen plata, vengan, compren y coman, sin plata, y sin pagar, ¡vino y leche! ¿Por qué gastar plata en lo que no es pan, y su jornal en lo que no sacia? Háganme caso y coman cosa buena, y disfrutarán con algo sustancioso. Apliquen el oído y acudan a mí, oigan y vivirá su alma. Pues voy a firmar con ustedes una alianza eterna: las amorosas y files promesas hechas a David.
SEGUNDA LECTURA
Hermanos: ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.
EVANGELIO
Al oír Jesús lo de la muerte de Juan el Bautista, se retiró de allí en una barca, aparte, a un lugar solitario. En cuanto lo supieron las gentes, salieron tras él viniendo a pie de las ciudades. Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos y curó a sus enfermos. Al atardecer se le acercaron los discípulos diciendo: « El lugar está deshabitado, y la hora es ya pasada. Despide, pues, a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren comida. » Mas Jesús les dijo: « No tienen por qué marcharse; denles ustedes de comer. » Le dicen ellos: « No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces. » El dijo: « tráiganmelos acá. » Y ordenó a la gente reclinarse sobre la hierba; tomó luego los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición y, partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes doce canastos llenos. Y los que habían comido eran unos 5.000 hombres, sin contar mujeres y niños.
¿ERES POBRE O INDOLENTE?
¿Pensamos que en el mundo se muere tanta gente porque no hay comida para todos?, ¿creemos que hay pobres porque no hay bienes para todos?, ¿pensamos que muchos no tienen propiedades porque no hay tierra para todos?...
Sería RIDÍCULO aceptar tales razonamientos, pues Dios nos creo y nos colocó en un abundante paraíso… falta un trabajo generoso, y en este marco hasta las cifras del desempleo son un escándalo.
La pobreza no es tener poco… la pobreza es no ser capaz de compartir, con amor, lo poco que tenemos con los demás.
Cuando no se comparte con amor, se es incapaz de entregar los cinco panes y los dos peces que cada uno de nosotros tiene… entonces surge el acaparamiento… lo que en verdad es de otros, si fuéramos generosos… y aparece la pobreza y el desempleo.
Quizá muchos veces, como acontece con lo discípulos hoy en el evangelio, nos es más cómodo despedir a los otros para que busquen satisfacer sus necesidades en otra parte, para no gastar lo poco que tenemos… nuestros cinco panes y los dos peces.
Pero si lo poco que tenemos "lo entregamos" con amor, que es lo mismo que colocarlo en las manos de Jesús, él tiene el poder de multiplicarlo y hacer que sobre (de allí que recibiremos en retribución el ciento por uno)
Por eso la pregunta de hoy nos lleva a reflexionar sobre aquello que quizá dejamos de hacer por los demás… ¿será porque somos pobres, o porque somos indolentes?
Miremos que el evangelio empieza mostrándonos una actitud de Jesús: SINTIÓ COMPASIÓN, eso es lo que quizá nos falta a nosotros para entregar lo poco que tenemos.
La compasión de Jesús es la fuente de un amor que nunca NOS SEPARARÁ de él, y que por su infinitud nos puede ALIMENTAR A TODOS gratuitamente. Dios es el Padre providente, que no solamente colma la tierra de sus bienes, para todos, sino que nos nutre con abundancia con su Palabra, con su gracia y con su amor.
Anímate: son tus cinco panes y tus dos peces los que Jesús necesita para salvar el mundo.
Señor: que podamos amar a los demás con el mismo amor con que nos amas tú. Amén
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