viernes, 31 de octubre de 2014

Viernes de la trigésima semana.

Viernes de la trigésima semana. Lucas 14,1-6 "Le tomó la mano, lo curó y lo despidió." Con el milagro narrado en este texto del Evangelio repite Je

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Viernes de la trigésima semana.

Lucas 14,1-6

"Le tomó la mano, lo curó y lo despidió."

Con el milagro narrado en este texto del Evangelio repite Jesús la enseñanza que nos dio al curar a la mujer encorvada. Ambas curaciones fueron realizadas en sábado y en ambas oportunidades preguntó el Señor a sus enemigos si era licito curar el sábado.

Jesús quiere demostrarnos que Él es el dueño del sábado y que la observancia externa de una ley nunca puede ir en desmedro de la ley interna de la caridad.

Jesús vuelve a presentarse como el libertador del hombre, al que libera de todo opresión, sea de cuerpo, sea de espíritu; y toda enfermedad es una verdadera opresión por el pecado.

Jesús libera al hombre del mal y salvar al hombre de mal es la mejor forma de santificar el sábado y la misma ley; si el sábado es el día del Señor, será el DIA del amor, de la misericordia hacia los hombres, porque para Jesucristo la ley consiste en el amor y en su Evangelio la única ley que rige es la ley de amor; el amor de Dios está incluido el amor al prójimo, como tantas veces leemos en el Nuevo Testamento.

No se lee en el Evangelio para el hidropico digiera a Jesús alguna palabra o petición para conseguir su curación; sin embargo Jesús lo curó; es que la bondad de Dios están infinitamente grande y misericordia, que hasta que vea nuestra necesidad para que se mueva a socorrernos.

Esto puede tener una aplicación a tu oración, en la que vez ni será necesario exponer a Dios tu necesidad con palabras y peticiones; bastará que te pongas en la divina presencia en actitud de contemplación, para que ya con ellos muevas a Dios al socorro de tus necesidades espirituales o temporales.

"Y no pudieron responder nada eso."

Jesús nos dice que Él es la Verdad" "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn14.6) y que sus discípulos, que lo aceptaron a Él, estamos en la Verdad: "Si permanecen fieles a mi Palabra, serán verdaderamente mis discípulos y conocerán la verdad y las verdad los hará libres" (Jn 8,31-32).

Jesús es la Verdad, la realidad total del don de Padre y de su designio salvador. En Él se han hecho presentes las realidades anunciadas por la ley.

Proclama las palabras recibidas del Padre, que lo ha enviado y así hace que conozcamos a quien Él ya conoce y nos invita a que le otorguemos nuestra fe.

Jesús es la Verdad y nosotros en la verdad, porque recibimos a Jesús, porque estamos en la fe de Jesús, porque aceptamos y vivimos su Evangelio.

Da gracias a Dios Padre, que nos ha revelado a su Verbo, que es la Verdad y que por medio de Él se ha designado descubrimos los secretos arcanos de la divinidad; nos dice la Biblia que "nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar" (Mt 11,27).

A ti Jesús te ha revelado al Padre; has sido uno de sus predilectos; ya vez si tienes motivos para vivir en perenne gratitud hacia Jesús.

Vivencia:

La curación de aquel enfermo nos enseña que debemos acudir a Jesús en busca de la salud para nuestra vida, pues la bondad de Jesús para con nosotros no es menor que la bondad que manifestó con aquel enfermo.

Por eso es bueno que adquieras esa buena costumbre de acudir a Jesús Salvador en todas necesidades, sean éstas de orden material, sean de orden espiritual, sean tuyas personales, sean de tus familiares o sean de la comunidad entera; para todos con Jesús es el Salvador, el Libertador, para todos tiene solución, y remedio.

Fuente: El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.

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