jueves, 2 de abril de 2015

Reflexion de Hoy- Jueves Santo. (Jesús lava los pies a sus discípulos).

Jesús lava los pies a sus discípulos. Fuente: www.mensajespanyvida.org Autor: Omar Jiménez. Los judíos pobres andaban descalzos, y los otros con sa

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Jesús lava los pies a sus discípulos.

Fuente: www.mensajespanyvida.org
Autor: Omar Jiménez.

Los judíos pobres andaban descalzos, y los otros con sandalias. Un gesto de buena acogida era ordenar a su sirviente que lavase los pies del caminante. A pesar de que dicha costumbre no existía entre los apóstoles, pues no tenían sirvientes, Jesús quiso ser aquella noche el sirviente.

Vamos por pasos. En el tiempo de Jesús los que lavaban los pies eran aquellos esclavos considerados inservibles, porque era un trabajo sucio, indeseable en su tiempo. El Hijo de Dios se hincó ante el ser humano, como un esclavo inservible para lavar los pies de sus discípulos. Dios hecho Hombre se rebaja hasta lo más bajo, al valor de un esclavo.

Ésta no es la primera vez que Dios nos lava los pies. En el momento en que recibimos nuestro bautismo Jesús nos lava y nos recibe como sus hijos amados.

Cuántas veces hemos llegado al confesionario lleno de pecados por nuestro caminar y Él mismo se hinca ante nosotros y nos lava con su sangre y no le importa ensuciarse y usar su sangre, porque para mí y para ti somos importantes. Somos lo que Él más ama.

Hermano o hermana, no tengas miedo de que el Señor le lave tus heridas y te las sane. Podemos reaccionar como Pedro: "Jamás me lavaras los pies (Jn 13,8).

Por que soy muy pecador y no lo merezco. Pero el Señor nos responde: "Si no te lavo los pies no podrás tener parte conmigo." (Jn 13,9). Que grande es Dios, Él nos quiere sanar, Él quiere ser aquel te cure. Cuantas veces hemos experimentado lo hermoso cuando Dios purifica y nos pasa igual que Pedro: "Señor, lavadme, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza". Sentimos el gozo en nuestro corazón y queremos llenar todo nuestro cuerpo de esa limpieza.

Déjate limpiar, no pongas resistencia. Sabemos que no merecemos que el Señor se hinque y nos lave nuestro corazón en donde nos hemos ensuciado por el caminar de esta vida. Hermanos esto es un regalo, algo precioso de Dios nos ofrece. No seamos como Judas, el cual no dejó que el Señor tocara su corazón porque dejo que primero el diablo entrara en él.

Hermano, Jesús dejó algo clave acerca del servicio en el lavado de los pies. Dice el Señor: "Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy." (Jn 13,13). Pues si yo, siendo el Señor de ustedes, les digo, deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado el ejemplo, y ustedes deben hacerlo como lo he hecho yo.

Si el creador se humilló y sin esperar nada a cambio, lo hizo, está en tí, que lo puedas hacer con tu esposa, esposo o hijos.

Ama a tu pareja tal como Jesús lo hizo, pero sin esperar nada a cambio. Si eso sucediera en las familias todo cambiaria.

Hermano, tú si estas comprometido en algún cargo en el trabajo.

Toma el ejemplo de Jesús. Bien lo decía Jesús, el que quiera servir que sea el último.

Cuántos lideres se aprovechan de los empleados, estudiantes, feligreses para buscar su propio beneficio, así como, lamentablemente.

Jesús no se queda callado después de lavar los pies. Si yo que soy el Señor, como me proclamaron y he lavado sus pies, también deben lavarles los pies a tu prójimo que tienes a cargo. Si quieres ser líder, busca tu paño y comienza a lavar los pies de tus hermanos, principalmente de aquellos que odias y de tus enemigos.

El que quiera ser el mayor en la Iglesia que se rebaje como Cristo para que sea aquel que consuele, ofrezca amor incondicionalmente, perdone y que se rebaje a sí mismo y se entregue a los más necesitados. Y limpie los pies de aquellos que han ensuciado sus pies por lo sucio del camino.

Felices llama Jesús a los que ponen en práctica esta ley del servidor.

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