jueves, 23 de abril de 2015

Jueves de la tercera semana de Pascua.

Jueves de la tercera semana de Pascua. Juan 6,44-52 "Nadie puede venir a mí, si el Padre que me envió no lo atrae." Se insiste en el mismo tema del

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Jueves de la tercera semana de Pascua.

Juan 6,44-52

"Nadie puede venir a mí, si el Padre que me envió no lo atrae."

Se insiste en el mismo tema del Pan eucarístico, pues siendo tan maravilloso y nunca a oído, ni aún posible de imaginar el que Jesús se quedara en la Eucaristía para ser nuestro alimento, ha querido el Señor dejar constancia repetidas veces y en distintos ambientes y auditorios de su presencia real en la Eucaristía, a fin de que hubiese lugar a dudas.

Todo el capitulo sexto del Evangelio se San Juan va ordenando a enseñar que la Eucaristía comunica a los fieles la vida que el Hijo recibe del Padre.

Por eso afirma en esta parte, que corresponde al Evangelio de hoy, que "nadie puede venir a mí, si el Padre que me envió no lo atrae" (v44); es el Padre el que debe suscitar en nosotros el deseo de ir a Jesús y de entregarnos a él; escuchando al Padre es como se llega a Jesús (v45).

La fe es una vital sobrenatural; no bastan nuestra voluntad o nuestras propias fuerzas para seguirla; la fe es obra de la gracia de Dios, que ayuda a nuestra voluntad. Nosotros hemos de agradecer el don de la fe que el Señor nos ha concedido y hemos de vivir conforme a ella.

"La fe no es admitir ciertas formulas religiosas pocas precisas, que son como sedimento residual de una construcción catequística olvidada y de una observancia religiosa en decadencia, pero dotada de alguna ocasional revivificación."

"Esta es desgraciadamente la fe de mucha gente del mundo de hoy, una fe de costumbre, una fe convencional, una fe no comprometida y poca practicada" (Pablo VI, Audiencia general del 19-IV-67).

Cristo comenzó revelarse a los apóstoles, no proporcionandoles un Credo sino haciéndoles vivir la experiencia de su encuentro.

Cristo actual es hoy en la Iglesia. Aceptar creer en Cristo y rechazar la Iglesia, es aferrarse a un recuerdo histórico y no a una realidad actual histórica contemporánea.

Creer es formar parte del pueblo o comunidad de creyentes; creemos conjuntamente; creer no es encerrarse en la soledad de nuestra relación personal con Dios; es entrar en la comunidad de los creyentes; es preciso captar esta dimensión comunitaria de la fe; creer es hacer un Pueblo de hermanos, que llevan la Palabra de Dios por el mundo.

Vivencia.

La fe tiene doble dimensión, histórica, y existencial. Histórica , pues se basa en un hecho, un acontecimiento; la vida de Jesús, su presencia en la historia del hombre; la Encarnación de Dios no es un mito, una expresión imaginada del deseo de infinito del hombre; es un hecho: "La palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros" (Jn 1,14). Existencial, pues da un sentido a la vida y compromete con Cristo; vivir la fe es vivir inmersos en la realidad humana.

Fuente: El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.

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