jueves, 11 de junio de 2015

Jueves de la undécima semana.

Jueves de la undécima semana. Mateo 6, 7-15 "Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro...." Por reza el Padrenuestro tan frecuentemente, quizá nos

Like   Tweet  

Jueves de la undécima semana.

Mateo 6, 7-15

"Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro...."

Por reza el Padrenuestro tan frecuentemente, quizá nos hayamos mecanizado en su recitación; detengámonos ahora brevemente en su meditación.

Padre: eres Tú el que quieres que te llamemos así; y quieres que así te llamemos porque lo eres en verdad.

Nuestro: luego todos somos hermanos....debemos querernos como hermanos ayudarnos y tratarnos como hermanos....

Que estás en el cielo: o mejor, que el cielo está donde estás Tú, porque Tú eres el cielo, porque Tú eres el amor y donde hay amor, estás Tú y donde estás Tú, está en cielo.

Santificado sea tu Nombre: que todos te conozcan, te alaben, te sirven y te amen. Santificar a Dios es dejarse santificar por Él, dejar que Él obre en nosotros la acción de su gracia, que es obra de santificación.

Venga a nosotros tu Reino: tu Reino es un Reino de justicia, de verdad, de amor y de paz; que en nosotros haya justicia, como fundamento de tu Reino; que estamos en la verdad y vivamos en el amor y en paz, para así construir un mundo nuevo que sea un signo y un anticipo de tu Reino.

Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; que, siendo buenos hijos tuyos, hagamos lo que tú no manda y lo hagamos como hijos y no como siervos, es decir, con amor y por amor. Y que hagamos y aceptemos tu voluntad cuando regala, como cuando crucifica, pues ti voluntad siempre es justa y santísima.

Danos hoy nuestro pan de cada día: danos el pan que necesitamos para cada día, el pan, es decir, todo lo que necesitamos para nuestra vida material personal, familiar y social. No te perdimos, Padre, comodidades ni lujo que no estén conforme a tu voluntad; pero sí, todo aquello que nosotros y los nuestros necesitamos para vivir dignamente, como corresponde a la persona humana. Y también pedimos el otro Pan: el Pan para nuestra alma, el Pan de la Eucaristía, que nos dé la fuerza necesaria, para vivir en toda la plenitud nuestra vida espiritual.

Perdona nuestras ofensas, como también nosotros personamos a los que nos ofenden: unos a otros nos ofendemos y unos a otros debemos perdonarnos; y todos te ofendemos a Ti y necesitamos ser perdonados por Ti; pero no nos perdonamos con la misma mezquindad con que nosotros nos perdonamos, sino perdonamos según ti gran misericordia.

No nos dejes caer en la tentación: sentimos el atractivo del pecado; somos débiles, vacilamos; si Tú nos dejas de tu mano, ciertamente caeremos. No te pedimos que no nos permitas tentaciones; pero sí te pedimos que no nos deje caer arrastrar por la tentación.

Líbrarnos del mal: el mal nos está ahogando; estamos inmersos en un mundo saturado por el mal, que pretende meterse hasta en nuestras extrañas por malearnos, hasta en nuestra misma raíz. Líbranos, Padre, del mal y haz, más bien, que te sirvamos con rectitud y bondad.

Amen: Así es. Tú eres el Padre; así es: somos tus hijos; así es: somos todos hermanos; tu voluntad y tu Reino es el que debemos buscar con el mayor ahínco.

Así sea: que te amemos, que nos santifique, que te sirvamos, te adoremos y todo lo esperamos de Ti, que todo lo recibamos de tu generosa mano, abierta hacia nosotros, por el amor que nos tienes.

Vivencia:

Millones y millones de cristianos han rezado esta oración y todos han recibido por ella luz, alivio, consuelo, orientación y fuerza; cuando tú la reces, procura hacerlo de un modo consciente; tú también recibirás los mismos regalos del Padre.

Fuente: El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.

Los libros de esta colección puedes comprarlos haciendo clic aquí:
www.editorialclaretiana.com.ar

facebook twitter
1px
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario