"Vengan a mн todos los que estбn agobiados y afligidos y yo los aliviarй."
No podrнa el Seсor haber pronunciado palabras mбs alentadoras y que con mayor confianza nos dieran; palabras que resonarбn en nuestro corazуn, cada vez que la aflicciуn y el dolor hinquen su diente a Йl.
Jesъs llama a sн e invita a todos los que se hallan oprimidos por algъn pesar, a los que sufren cualquier dolor y miseria y a todos promete consuelo y alivio. En su compaснa y en su trato hallaran la paz y el alivio para todas las penas.
Hermoso texto el Evangelio no sуlo para nuestra meditaciуn, sino, sobre todo, para nuestra vida.
A veces el peso de la vida, con sus variadas circunstancias, puede tornarse difнcil y pesado; el cumplimiento del deber con no poca frecuencia resulta duro y arduo; tambiйn permite el Seсor, con alguna frecuencia, que los mismos nos rodean , quizбs aun involuntariamente y con la mejor buena voluntad, nos haga sufrir, produzcan un vaciу a nuestro alrededor, olviden nuestro actuar, sospechen en nosotros intenciones que nunca cruzaron siquiera por nuestra mente.... En circunstancias tales o parecidas, el recuerdo al Corazуn de Cristo es le lenitivo mбs eficaz y seguro; allн encontraremos paz y alivio, suavidad y calor de comprensiуn y afecto.
"Mi jugo es suave y mi carga liviana."
El Seсor se estб refiriendo aquн a la opresiуn de tanto formulismo en la observancia de la ley que exigнan regida y бsperamente los rabinos; en cambio Jesъs promete ser manso y bondadoso, sencillos comprensivo. En contraposiciуn, dice el Seсor que su yugo -la Ley que Йl propone- es suave, no es insoportable, ni aplastante.
Estas palabras de Jesъs nos deben hacer pensar que si la observancia de la ley, sea la ley natural, de las leyes eclesiбsticas o de otra cualquier ley legitima a la que estamos sometidos por razуn de nuestra vocaciуn, nos resulta pesada y difнcil, deberemos pensar que no es tanto la ley, cuanto las disposiciones personales con las que enfrentamos el cumplimiento de la ley, las que son causantes de ese peso y de esa dificultad.
Por eso nos dice: "Aprendan de mн, si bien a pensar de ser esa traducciуn mбs corriente y literal, la intenciуn del Seсor, al hablar asн, es decirnos que "nos dejemos instruir por Йl", que aprendemos a lo que Йl enseсa en su escuela a sus discнpulos, que tambiйn nosotros frecuentemos su escuela. En consecuencia, mбs que como ejemplo, se nos presenta aquн Jesъs como Maestro que enseсa, pero que enseсa lo que primeramente Йl ha hecho y vivido. Jesъs "comenzу a hacer y enseсar lo que decнa" (Hech 1,1)
"Y asн encontraran alivio."
Nuestras vidas se hallan hoy fuertemente tensionados por las circunstancias ambientales, ya sean personales, ya sociales; todo eso nos estб obligando a llevar una vida de congoja, de temor y de angustia.
Solamente recurriendo al Corazуn amantнsimo del Salvador, en el que ciertamente hallaremos paz y tranquilidad, podremos compensar esas intenciones.
Nuestras mismas inquietudes personales, nuestros desmiedos deseos y ambiciones, que frecuentemente son los principales causantes de la inquietud de nuestra vida, se irбn separando, suavizando, ordenando en cuanto hagamos que sea la voluntad del Seсor la que gobierne nuestra vida.
Vivencia.
"Tomar sobre sн su yugo" es sinуnimo de aceptar la voluntad del Seсor, el mensaje de Jesъs. Йl mismo nos anima a ello, diciendo que es un Maestro bueno y comprensivo en sus sentimientos y sinsabores; suelo echar la culpa de ello a los demбs; quizбs sea yo mismo el causante y el responsable; al menos ciertamente serй el responsable de esas situaciones perduren en mн, por no recurrir a Aquel que de un modo seguro y suave estб dispuesto a ser lenitivo de todas mis penas.
Fuente: El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.
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