domingo, 3 de enero de 2016

DOMINGO 03 DE ENERO DEL 2016 – EPIFANÍA DEL SEÑOR.

DOMINGO 03 DE ENERO DEL 2016 – EPIFANÍA DEL SEÑOR. Autor: P Juan Manuel Toro V. Fuente: www.mensajespanyvida.org SEPAN QUE EL REINO DE DIOS ESTÁ CE

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DOMINGO 03 DE ENERO DEL 2016 – EPIFANÍA DEL SEÑOR.

Autor: P Juan Manuel Toro V.
Fuente: www.mensajespanyvida.org

SEPAN QUE EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA

Primera Lectura Del profeta Isaías (60, 1-6)

Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora. Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará, y se ensanchará, cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor.

Salmo Responsorial Salmo 71

Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente.

Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra.

Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes y todas las naciones.

Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado.

Segunda Lectura Del apóstol san Pablo a los Efesios (3, 2-3. 5-6)

Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas:
es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo (2, 1-12)

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo". Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel". Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: "Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo". Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

RESPLANDECE EL SEÑOR

Con los magos de oriente, hoy la Iglesia se regocija con la solemnidad de la EPIFANÍA DEL SEÑOR. Este término poco utilizado, significa "MANIFESTACIÓN", es decir, que celebramos una manifestación que hace Dios mismo de sí, en la pequeñez del niño Jesús, en Belén.

Es muy SIGNIFICATIVA la Estrella en esta manifestación: no fueron los magos quienes llegaron por sus propias fuerzas… "TUVIERON QUE SER GUIADOS" por la luz de una estrella para poder acceder a ese encuentro con Dios en una circunstancia no solo común, sino desprovista de cualquier esplendor… y eso que buscaban un rey.

La iniciativa siempre la tiene Dios… por eso se habla de que es Dios quien se tiene que revelar a sí mismo para que el hombre le conozca, y no precisamente por la inteligencia humana y las capacidades inmensas del hombre, es que se hace posible el conocimiento de Dios.

¿Dónde está tu estrella? ¿Qué luz es la que va delante de ti guiándote hasta donde Dios pueda hacerte una Epifanía en tu vida?

Bien decía el mismo Cristo, "YO SOY LA LUZ DEL MUNDO". Él es "el sol que nace de lo alto", como lo profetizará Zacarías. Lámpara es tu Palabra para mis paso, luz en mi camino, como dirá el salmista. Y hoy nos quedamos perplejos, porque esta realidad ya había sido profetizada por Isaías muchos siglos antes del nacimiento de Jesús, como lo atestigua la primera lectura: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora.

Jesús no solo es la estrella que guía, sino que es la manifestación divina. Jesús no solo es quien nos lleva al encuentro, sino que el encuentro es con él, y a través de él con el Dios invisible, que sin Cristo, nunca hubiéramos podido conocer… POR ESO ES EPIFANÍA.

También profetizó Isaías: Te inundará una multitud de camellos… Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro… , cosa que se cumplió con el Niño Jesús en Belén. Que bien nos puede significar esto, que la Epifanía de Dios produce en nosotros la capacidad de ofrecer, el encuentro con Dios abre nuestro corazón al ofertorio, a la alabanza, al agradecimiento de la universalidad de su manifestación a todos los hombres de la tierra.

Señor: como dice la canción: "tú sabes que soy pobre también, que no poseo más que un viejo zurrón", pero lo poco que tengo, te lo ofrezco".

Un abrazo
P Juan Manuel Toro V.

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