domingo, 28 de septiembre de 2014

Urgente: Únete a la campaña de reconstruir el sitio de Pan y Vida.

Estimados hermanos y hermanas en Cristo,
Reciba un fuerte abrazo.
En esta ocasión les escribo para comentarles de que hemos iniciado una campaña para recaudar fondos con el fin de reconstruir totalmente el sitio web de Pan y Vida: www.mensajespanyvida.org.
Mis hermanos, no se imaginan la cantidad de gente que visita nuestra página web diariamente. Y todos esos servicios que recibes a diario. Es hermoso servirles en nombre de Jesucristo y de la Iglesia.
Para seguir sirviéndoles como se merecen debemos ir poco a poco mejorando lo que hacemos y en eso está nuestra página web que tiene ya varios años de uso.
Hoy les hago este llamado para que se unan a esta campaña de amor por Pan y Vida.
Para lograr seguir por más tiempo y con las mejores herramientas y nuestra disposición para servirles.
Nos proponemos superar el primer objetivo que ya mencioné, renovar nuestro sitio web. También queremos volcar todas esas reflexiones que te han encantado, en audio. Y sabes a qué precio: gratuitas, pero necesitamos ese granito tuyo de ayuda para ampliar este apostolado.
Si logramos alcanzar más fondos tenemos pensado hacer una app ya sea en IOS o en ANDROID totalmente gratis para los que la quieran descargar.
Tenemos muchos proyectos en mente pero necesitamos tu generoso aporte para reconstruir nuestro sitio.
No te pedimos grandes aportes (si lo deseas serán muy bien venidos), pues desde un $1 en adelante puedes ser parte de este proyecto.
Acompáñennos y apóyenos en nuestra campana haciendo clic acá: https://www.indiegogo.com/projects/pan-y-vida-rebuilding-website/x/8689177
Desde ya muchas gracias, en nombre de Nuestro Señor y María su madre, nuestros protectores.
Omar A. Jiménez Castro.
Director.
www.mensajespanyvida.org

sábado, 27 de septiembre de 2014

Sábado de la vigésimo quinta semana.

Apóyanos para reconstruir nuestra página web. Te necesitamos para seguir ofreciendo nuestro servicio http://igg.me/at/panyvida/x/8689177 … Sábado de

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Sábado de la vigésimo quinta semana.

Lucas 9, 44-45

"El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres."

No alcanzaban a comprender qué podía significar aquella, expresión de Jesús: "El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los Hombres", en poder de los hombres; ser entregado a los hombres era sinónimo de ser entregado a la muerte y esto no lo podía entender su mente para la que el Mesías debía mostrarse siempre y en todo ocasión glorioso y nacionalmente victorioso.

La pasión del Mesías era una paradoja; los términos eran claros, pero el Rey-Mesías sufriente era contradictorio.

También el mundo de hoy, incluso a algunos discípulos de Jesús, les puede parecer extraño el hecho de que Dios permita que sus hijos sufran; si es Dios, si es Padre, ¿cómo puede permitir el sufrimiento?

En esas ocasiones, cuando te toque a ti la hora de las desolación espiritual, de la aridez, cuando no del sufrimiento y de la angustia, no llegues nunca a dudar de la infinita bondad y Providencia de tu Padre celestial; seria ése el más grave pecado que pudieras cometer y el que más ofendería al Corazón infinitamente bondadoso del Señor.

"Ellos no entendían estas palabras."

Este Evangelio nos presenta a Jesús y a sus discípulos en uno de los tantos momentos que seguramente se fueron repitiendo sobre todo a medida que se acerca el momento de enfrentar Jesús su pasión y su muerte.

Por un lado, Jesús, tratando de meter en la cabeza de sus discípulos la necesidad de que el Hijo del Hombre sufriera y muriera, y por el otro lado, los apóstoles en una actitud de apretada cerrazón de espíritu no solamente no entendiendo, sino –como advierte el Evangelista- "no queriendo entender" lo que Jesús les decía; en su mente no cabía que Jesús debiera terminar en cruz.

Los caminos de Dios, la Palabra de Dios, las cosas de Dios, son de difícil inteligencia, pero no es caso lo que se nos pide; más bien se nos exige aceptar y vivir esas cosas de Dios en dimensión de Evangelio y para ello es preciso aceptarlas con espíritu de fe: de fe que no entienda, pero fe que acepta y se entrega ciegamente con la certeza de entregarse a la verdad, porque se entrega por amor.

Vivencia:

A los apóstoles les daba miedo preguntarle al Señor, porque "su sentido les estaba velado, de manera que no podían comprenderlas y temían preguntarle a Jesús acerca de esto".

Vigila, no sea que a ti te suceda otro tanto y llegues a tener miedo de conocer los planes de Dios sobre ti y de aceptarlos; debes tener un poco más de fe en Dios y de esperanza en su divina Providencia.

Nadie vela por ti con tan solicita Providencia con tu Padre que está en los cielos; en ningún otro encontrarás tan paternal acogida; ése debe ser el fundamento de su fe y de tu esperanza.

El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.

Los libros de esta colección puedes comprarlos haciendo clic aquí:
www.editorialclaretiana.com.ar

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Sábado de la vigésimo quinta semana.

Lucas 9, 44-45

"El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres."

No alcanzaban a comprender qué podía significar aquella, expresión de Jesús: "El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los Hombres", en poder de los hombres; ser entregado a los hombres era sinónimo de ser entregado a la muerte y esto no lo podía entender su mente para la que el Mesías debía mostrarse siempre y en todo ocasión glorioso y nacionalmente victorioso.

La pasión del Mesías era una paradoja; los términos eran claros, pero el Rey-Mesías sufriente era contradictorio.

También el mundo de hoy, incluso a algunos discípulos de Jesús, les puede parecer extraño el hecho de que Dios permita que sus hijos sufran; si es Dios, si es Padre, ¿cómo puede permitir el sufrimiento?

En esas ocasiones, cuando te toque a ti la hora de las desolación espiritual, de la aridez, cuando no del sufrimiento y de la angustia, no llegues nunca a dudar de la infinita bondad y Providencia de tu Padre celestial; seria ése el más grave pecado que pudieras cometer y el que más ofendería al Corazón infinitamente bondadoso del Señor.

"Ellos no entendían estas palabras."

Este Evangelio nos presenta a Jesús y a sus discípulos en uno de los tantos momentos que seguramente se fueron repitiendo sobre todo a medida que se acerca el momento de enfrentar Jesús su pasión y su muerte.

Por un lado, Jesús, tratando de meter en la cabeza de sus discípulos la necesidad de que el Hijo del Hombre sufriera y muriera, y por el otro lado, los apóstoles en una actitud de apretada cerrazón de espíritu no solamente no entendiendo, sino –como advierte el Evangelista- "no queriendo entender" lo que Jesús les decía; en su mente no cabía que Jesús debiera terminar en cruz.

Los caminos de Dios, la Palabra de Dios, las cosas de Dios, son de difícil inteligencia, pero no es caso lo que se nos pide; más bien se nos exige aceptar y vivir esas cosas de Dios en dimensión de Evangelio y para ello es preciso aceptarlas con espíritu de fe: de fe que no entienda, pero fe que acepta y se entrega ciegamente con la certeza de entregarse a la verdad, porque se entrega por amor.

Vivencia:

A los apóstoles les daba miedo preguntarle al Señor, porque "su sentido les estaba velado, de manera que no podían comprenderlas y temían preguntarle a Jesús acerca de esto".

Vigila, no sea que a ti te suceda otro tanto y llegues a tener miedo de conocer los planes de Dios sobre ti y de aceptarlos; debes tener un poco más de fe en Dios y de esperanza en su divina Providencia.

Nadie vela por ti con tan solicita Providencia con tu Padre que está en los cielos; en ningún otro encontrarás tan paternal acogida; ése debe ser el fundamento de su fe y de tu esperanza.

El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.

Los libros de esta colección puedes comprarlos haciendo clic aquí:
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viernes, 26 de septiembre de 2014

Apóyanos para reconstruir nuestra página web.

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Viernes de la vigésimo quinta semana.

Viernes de la vigésimo quinta semana.
Lucas 9,18-22
"Pedro le contestó: Tú eres el Mesías de Dios."
Hoy como ayer la presencia de Jesús es cuestionada, porque hoy como ayer su presencia cuestiona al mundo.
Jesucristo es siempre interrogante que se plantea frente a todas las realidades de la vida, frente a la vida misma. Ante ese interrogante se reacciona de muy distintas formas en no pocas ocasiones contradictorias; hay respuestas que contradicen al Evangelio...y el Evangelio que contradice a muchas respuestas.
Para poder descubrir quién es Jesucristo es preciso acudir a la fe; solamente la fe es capaz de penetrar el hondo misterio que encierra la personalidad de Jesús.
El apóstol Pedro iluminado por la luz del Espíritu Santo penetra y descubre la personalidad de Jesús y por eso responde: "Tú eres el Mesías de Dios", el elegido de Dios, el Hijo de Dios.
El mundo de hoy creyente o no creyente va repitiendo la pregunta trascendental: ¿Quién es Jesús?
Trascendental la pregunta, pues la actitud que se adopte frente a ella, de la respuesta que se le dé, dependerá luego la vida del que responde.
A ti también te está de continuo y en todos los lugares que frecuentas cuestionando el mundo que te rodea: ¿Quién es Jesús? ¿Quién crees tú que es Jesús? ¿Qué es para ti, para tu vida?
Y esos interrogantes debes responder con tu palabra clara y sin titubeos y con el testimonio de tu vida que respalde tus palabras. Más aun: debes vivir y actuar de tal forma, que ya resulte inútil la pregunta, pues estás dando la respuesta antes de que te pregunten y la estás dando a voz en grito con la convincente fuerza de tu vida.
Jesús es el Cristo de Dios; el Ungido del Padre para traer al mundo la salvación; luego será inútil esperar la salvación en otro que no sea Jesucristo; "porque en ningún otro hay salvación, ni existe bajo el cielo otro Hombre dando a los hombres por el cual podamos salvarnos" (Hch 4,12).
Jesucristo es, pues, nuestra esperanza y el realizador de esa esperanza; Él es la promesa y el realizador de la promesa.
Si tú quieres llegar a descubrir como Pedro los secretos de Jesucristo y de la misión de Jesucristo, es preciso que te pongas en disposición de ser iluminado por el Espíritu Santo, único que es capaz de descubrir los corazones abiertos a él cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad y conocer el amor de Cristo que excede todo conocimiento" (Ef. 3,18-19).
"El Hijo del Hombre debe sufrir mucho."
Acabamos de reflexionar que Jesucristo tiene una personalidad y una misión propias; pues esa personalidad y esa misión se realizan en su Pasión y en su muerte.
Indudablemente que en esto, como en otras cosas, los planes de Dios y los métodos empleados por su Providencia no coinciden con los demás hombres: "Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes mis caminos (Is 55,8).
Para nosotros si Jesucristo es el Elegido de Dios, debería hacer aparecido así ante los hombres, a fin de llegar a una victoria publica y manifiesta, definitiva, aplastante y gloriosa
Para Dios su Elegido debería humillarse, pasar invertido y cuando la esperanza a darse a conocer, debía sufrir toda clase de contradicciones y persecuciones, hasta terminar extendiendo sus brazos en la cruz y muriendo aparentemente vencido y definitivamente borrado del mundo en la oscuridad del sepulcro.
Pero no termina en el sepulcro.
Muy bien lo advierte el mismo Jesús a San Pedro, cuando le dice que "el Hijo del Hombre debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte", pero termina diciendo que "resucitará al tercer día".
Es Jesús el Ungido de Dios, destinado a morir por todos los hombres; pero es también el Cristo destinado a resucitar no solamente Él, sino resucitar todos los hombres.
¿Por qué no piensas que ahora estás tú en lugar de Cristo y por lo mismo eres tú también destinado por Dios a morir primero y luego resucitar?
Estás destinado a sufrir; no te extrañes, pues, de sufrir; no te llame la atención el hecho de tropezar en tu vida con el sufrimiento bajo alguna de sus innumerables facetas.
Pero también debes caer en la cuenta de que ese sufrimiento está destinado a redimirte a ti mismo y a tus hermanos los demás hombres; al fin descubriste el sentido y el porqué de tu sufrimiento en tu vida.
Vivencia.
La obra y la misión de Jesús termina en el sepulcro, resucitó triunfante e inicia ya una nueva vida gloriosa y celestial. Es verdad que tú vives en el mundo y que no podrás evadirte del mundo (ni deberás tratar de hacerlo), pero en tu accionar en el mundo durante la vida todo debe cobrar un sentido salvador y escatológico; todo lo debes vivir en proyección hacia la salvación y en orden final, que será tu resurrección y tu glorificación con Cristo, en Cristo y por Cristo.
El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.
Los libros de esta colección puedes comprarlos haciendo clic aquí:
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jueves, 25 de septiembre de 2014

Jueves de la vigésimo quinta semana.

Jueves de la vigésimo quinta semana. Lucas 9,7-9 "¿Quién es éste del que oigo decir semejantes cosas?" Herodes representa aquí el poder paralítico,

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Jueves de la vigésimo quinta semana.

Lucas 9,7-9

"¿Quién es éste del que oigo decir semejantes cosas?"

Herodes representa aquí el poder paralítico, mientras Jesús el Profeta es la humanidad personalizada.

Herodes, como representante del poder es soberbio, altivo y exigente; quiere que todos se postren ante él y cedan a sus caprichos, incluso el Profeta de Israel; aquel que todavía no sabia quién era, pero por eso mismos había excitado en él la gran curiosidad de verlo actuar y aun quizás poder presenciar algunos de los signos maravillosos que la fama contaba de él.

Aquí tenemos (y luego se repetirá a lo largo de la historia de todos los pueblos) al profeta enfrentando al poder y al poder tentando al Profeta.

El cristiano como profeta ha de estar en una actitud de discernimiento; no se ha de erigir en juez de personas y acontecimientos, pero sí de ser profeta.

Como profeta ha de proyectar siempre y sobre todo la luz de la Palabra de Dios, que es profética, porque impulsa el bien, a la justicia y al amor; no importará que para eso deba el cristiano profeta enfrentarse a poderes constituidos, si éstos contarían la Palabra de Dios; necesitará para ello valentía y no menos sentido de justicia y de caridad, de equilibrio y de prudencia.

Indudablemente que el profeta se va a exponer así como Jesús a ser juzgado y a ser tenido por lo que no es; incluso se sospecharán en él intenciones no del todo rectas y aun se le atribuirían doctrinas erróneas, haciéndolo aparecer como seguidor y compulsar de las mismas, a fin de anular su acción profética.

Si tú eres cristiano, seguidor de Cristo, debes ser su profeta; debes hablar en Nombre de Él, trasmitir su Mensaje, que por ser Mensaje de salvación, es mensaje de justicia, de libertad, de amor y de paz; y esa clase de mensajes se oponen al mundo, a los poderes del mundo, a las ambiciones del mundo, que por eso te criticará, te juzgará, te condenará y dirá de ti muchas cosas, así como de Jesús Herodes se preguntaba: "¿Quién es éste del que oigo decir semejantes cosas?"

Vivencia.

Todo lo tienes que cuestionar bajo el punto de vista del Reino y todo lo tienes que vivir en la dimensión del Reino y todo lo que tienes que valorar por la escala de valores del Reino. San Mateo nos presenta a Jesús en su Evangelio como el obsesionado por el Reino. Tú debes convencerte de que para eso estás en la vida: para construir el Reino en el mundo. Y no debas desanimarte ante las múltiples dificultades que encuentre y tampoco debes extrañarte si el mundo te persigue, pues en realidad no es a ti a quien persigue, sino al Reino que está en ti.

El evangelio meditado por Alfonso Milagro, Editorial Claretiana.

Los libros de esta colección puedes comprarlos haciendo clic aquí:
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